La palabra clave en la doctrina cristiana del final de los tiempos es, sin duda, parusía. Este término griego, que significa literalmente “presencia”, aunque también “venida”, alude a la segunda venida de Cristo a la Tierra.
Cristo regresará en gloria para juzgar a los hombres y tendrá lugar la resurrección de los muertos y la separación entre los justos y los malvados. Los justos podrán irse con Dios al paraíso. Después, el mundo será consumido y renacerá renovado. La Bestia pondrá su marca en todo aquel que se someta a ella y esclavizará al mundo entero.
Los pueblos de Gog y Magog, aliados del Anticristo, serán destruidos por fuego proveniente del cielo y el mayor terremoto de la historia de la Tierra tendrá lugar (devastación a escala mundial).
Cristo descenderá de los cielos y, tras él, lo hará la Jerusalén celestial. Tras la resurrección de los muertos y el Juicio Final, habrá “un cielo nuevo y una Tierra nueva; porque el primer cielo y la primera Tierra pasaron, y el mar ya no existía más”. Solo viviran en la "nueva Jerusalen" (cielo) aquellos que hayan en creído en Jesucristo como su Señor y Salvador, los demás serán condenados eternamente en el infierno.